Santiago de Compostela es una ciudad monumental, con uno de los conjuntos arquitectónicos más espléndidos y armónicos del mundo. Considerada una de las tres capitales espirituales de la cristiandad junto con Roma y Jerusalén, desde la Edad Media se convirtió en meta de peregrinaciones religiosas, fenómeno que daría origen al Camino de Santiago, verdadera columna vertebral del arte y el pensamiento.
Por su inigualable patrimonio cultural y arquitectónico, la ciudad de Santiago de Compostela fue declarada en 1940 Conjunto Histórico-Artístico y Monumento Nacional. En 1984 fue declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad y posee numerosos premios y distinciones que reconocen su labor en el campo de la conservación y puesta en valor de su rico patrimonio: Premio y Bandera de Europa y Medalla de la Asamblea Parlamentaria (Consejo de Europa), Premio Firenze (Commune di Firenze), Premio Real Fundación de Toledo, Premio Gubbio, Premio Europa Nostra, Premio Europa de Urbanismo (Comisión Europea), Premio Manuel de la Dehesa, Ciudad Europea de la Cultura del Año 2000 y Premio Nazionale Torre Guinigi (Italia). Además, el Camino de Santiago fue declarado por el Consejo de Europa Primer Itinerario Cultural Europeo, y Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
La Catedral de Santiago, construida en torno a las reliquias del Apostol, es un conjunto heterogéneo de estilos y tendencias que se han ido superponiendo sucesivamente. La catedral románica, la parte más antigua, se construye (1075-1211) sobre los restos de las primitivas iglesias del lugar donde se dice que aparecieron las cenizas del Apóstol: la penúltima iglesia fue destruida por Almanzor en el verano del año 997. El espacio se organiza sobre la tradicional planta de cruz latina y tres naves.
La obra cumbre de la escultura románica es el Pórtico de la Gloria y se completó en el año 1188, en sólo 20 años, y consta de tres arcos y más de 200 figuras de granito. La columna central de mármol, con una escultura del Apostol Santiago en su parte superior, muestra a media altura las profundas huellas de las manos peregrinas. Detrás de la columna, el Maestro Mateo arrodillado ha pasado a ser conocido como el ‘Santo de los Croques’. La tradición popular le atribuye el poder de transmitir su talento a quienes le den tres ‘croques’ o cabezazos. Sin embargo, la estampa más fotografiada de la Catedral es su fachada oeste, llamada del Obradoiro, que constituye la mejor representación del barroco gallego. La escalinata fue construida entre 1594 y 1600 para solucionar los problemas de diferencia de nivel y proporcionar una extraordinaria visión de la plaza.